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La pasión por la música está presente en la película, la batería el instrumento principal de la historia siempre está sonando, el jazz impone su presencia con la elegancia y vehemencia que lo caracteriza, sin duda una película grandilocuente que afirma la capacidad de Damien Chazelle que ya había dado señales de que sabe armar buenas historias con "Guy and Madeline on a Park Bench" del año 2009. Whiplash es la historia de Andrew Neiman (Miles Teller) un joven talentoso y empeñoso baterista que cursa el primer año en un instituto de jazz y su maestro Terence Fletcher (magníficamente interpretado por Jonathan Kimble "J. K." Simmons) este maestro le gusta desafiar a sus alumnos; con violencia psicológica y física incluida, para llevarlos al límite con el objetivo que estos puedan sacar lo mejor de cada uno, estos dos personajes se encuentran logrando plasmar; a ritmo de jazz, uno de los “dramas” más intensos del último año, en donde la intensidad está presente haciendo que el espectador mantenga interés en la historia los 107 minutos que tiene de metraje; el personaje de Fletcher es uno de los más ricos de esta década, un músico/profesor vil pero eficaz, sin llegar a hacer un personaje odioso.
Whipalsh es de las películas que cuando acaba la quieres volver a ver, y la que es difícil de olvidar, por el buen trabajo que Chazelle, tanto a la hora de elegir los protagonistas como en la de crear una historia redonda, en donde todo: guion, escenografía, montaje, fotografía y sonido; fueron revisados al más mínimo detalle; Chazelle dijo: “Quise hacer una película sobre música que se pareciera a una película bélica o a una película de mafiosos, donde los instrumentos representaran las armas y las palabras fueran tan violentas como las pistola" y vaya que lo logro.
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