Trois Couleurs: Blanc (Trzy kolory. Biały en polaco) es una película franco/polaca dirigida por el polaco Krzysztof Kieślowski; es la segunda entrega de la trilogía de películas basadas en el ideal de la revolución francesa, en este caso el color blanco representa la igualdad.
Al inicio podemos ver un juicio en donde Dominique (Julie Delpy) se quiere divorciar de su cónyuge Karol Karol (Zbigniew Zamachowski) ciudadano polaco; esta escena esta relacionado con la película Bleu; el motivo por el cual ella se quiere divorciar es que el matrimonio no ha sido consumado, una vez conseguida la anulación Karol entra en una depresión pues aún la ama, en el metro de París conoce a un compatriota suyo Mikołaj (Janusz Gajos), este le ofrece dinero para matar a alguien que no tiene el valor de hacerlo, Karol acepta, y Mikolaj le ayuda a retornar a Polonia (en una maleta)
Ya en su país decide re hacer su vida, consiguiendo un trabajo como guardaespaldas en una casa de cambio, y haciendo la ejecución del “suicidio” (la victima era Mikolaj, pero no tenía el valor de hacerlo el mismo), en ese trabajo valiéndose de trucos puede engañar a sus jefes conseguir dinero, y convertirse en un empresario, aprender el francés y reconquistar el amor su Dominique, para eso finge su muerte y hace que ella viaje a Varsovia en donde se reencuentran y empieza una nueva vida. La película hace mucho énfasis al color blanco, que se ve a lo largo de la película, como el cielo blanco así como los paisajes invernales de Polonia; la impotencia de Karol es la impotencia inicial del bloque del este, en incorporarse a un sistema capitalista, y el deseo de esta parte del continente en estar a la par de sus vecinos del este, la igualdad es una búsqueda constante que Karol persigue, ya sea en Francia o en su natal Polonia
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